Te pegas a mi risa como yo a tu silencio
Te pegas a mi risa como yo a tu silencio.
Porque siento que ahí nadie me espía, nadie me juzga.
Tienes manos doradas
y ojos como perlas de noche estrellada.
Y sin embargo aún no sé tu nombre
sólo tu apodo.
Amor.
Sólo eso escuché,
cuando te rozó mi pecho al mirar tus ojos.
Se hizo entonces el silencio, se hizo el deseo.
Y nada volvió a ser como antes
de descubrir que no estaba loco.
Muy bueno
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Gracias Pippo b. por tu valoración.
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