TE RECOMENDAMOS… ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick 

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick 

Una reseña de Josefa Molina

Hacía tiempo que me rondaba el afán de leer este novela con la inicial idea de descubrir qué me podía ofrecer una novela cuyo género, a priori, no era muy de mi gusto como lectora. Como siempre, los prejuicios son caminos ásperos por los que hay que transitar para ir saltándolos y dejándolos atrás, en la lontananza.

¿Sueñan los androides con ovejas electrónicas? es una novela corta de ciencia ficción, obra del escritor estadounidense Philip K. Dick (1928-1982). La novela se publicó en 1968 (o sea, que ahora cuenta con 54 años de edad) y fue adaptada muyyyy libremente por Ridley Scott para la mítica película de culto Blade Runner, estrenada en 1982.

He de aclarar que la película de Scott la he visto varias veces, de ahí mis prejuicios iniciales y mi curiosidad adyacente a ellos sobre si la novela sería mejor o peor que la película y déjenme decirles que, tal y como me gusta afirmar, el libro siempre es mejor, y aunque sin duda el éxito de taquilla del film de Scott ha ayudado a encumbrar también a la obra escrita, insisto, Blade Runner es una adaptación muy sui géneris del cineasta. Una maravillosa simbiosis porque ambas, novela y película, constituyen, hoy por hoy, obras clásicas de la historia de la literatura y del cine que nadie puede obviar. Como dato, señalar que Dick murió en 1982, antes de que se estrenara el film, con lo cual habría que preguntarse qué le habría parecido visionar su novela en la gran pantalla y bajo el prisma de un lenguaje distinto, el cinematográfico.

De hecho, ¿Sueñan los androides con ovejas electrónicas? es la obra más reconocida de Dick que lo sitúa como un referente de la literatura de ciencia ficción, una novela que, lejos de lo que se pueda pensar en principio por su título, nos interpela de forma muy directa sobre la amistad, la soledad, la empatía y la siempre peligrosa omnipresencia de la tecnología, en un contexto de una civilización gris y desoladora, con un mundo contaminado por gases tóxicos que han acabado con la existencia de los animales, por lo que ser humano los crea de forma artificial con el vano anhelo de contar con compañía y lograr así seguir mantenimiento un poco más el sentimiento de contar, aún en esas circunstancias, con cierta esencia de humanidad. Todo ello en un ambiente donde la tecnología hiper evolucionada diseña androides tan parecidos a los humanos, tanto, que mantienen debates morales sobre el sentido mismo de su existencia y buscan infructuosamente las respuestas a la eterna pregunta: ¿por qué estamos aquí?

Ellos también buscan un ser creador que les aclare el sentido de su existencia. Quién sabe, tal vez, todos seamos androides en los sueños de un creador oculto tras la cara oculta de la luna. Tal vez…

Josefa Molina

josefamolinaautora.com

 

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