Pelea de gallos, de María Fernanda Ampuero

Una reseña de Josefa Molina
Tengo unos recuerdos muy vagos de mi infancia: llegaba a la plaza grande de mi pueblo, y en un lateral, existía una estructura circular, un especie de ruedo de madera, alrededor del cual un grupo de hombres vitoreaban y gritaban. Me acercaba yo, curiosa, a ver qué era lo que había dentro. Todavía recuerdo la fascinación y a la vez el horror, que me causó contemplar a dos gallos picoteándose con rabia, a mis ojos de niña. Creo que esta imagen, junto a la muerte despiadada de un toro en la plaza de Ventas, de Madrid, ya siendo adulta, han sido las imágenes más terribles de castigo a los animales que he podido contemplar en mi vida.
Pelea de gallos es un libro de trece cuentos de la escritora María Fernanda Ampuero (Ecuador, 1976) publicado en 218 por la editorial española Páginas de Espuma. La obra está narrada por niñas o mujeres de estrato social bajo, que narran en primera persona situaciones de violencia, machismo y extrema desigualdad social en Latinoamérica.
La violencia hacia las mujeres, los abusos sexuales, el incesto, la pobreza, la desigualdad social, son algunos de los temas que Ampuero aborda en este conjunto de relatos, muchos de ellos de puertas para dentro de cada hogar, mostrándonos un mundo cruel y especialmente agresivo para las mujeres y niñas, escrito en un lenguaje llano, popular y contextualizado con la calle.
A modo de ejemplo, baste este párrafo del relato que abre el volumen:
«Nancy suena joven. Veintipocos. Podría ser enfermera o educadora. A Nancy el gordo la desnuda. Escuchamos que abre su cinturón y que abre los botones y que le arranca la ropa interior, aunque ella dice por favor tantas veces y con tanto miedo que todos mojamos nuestros trapos inmundos con lágrimas».
Pelea de gallos fue aclamado por la crítica al momento de su publicación y resultó elegida como una de los diez mejores libros de ficción de 2018 en un artículo de la edición en español de The New York Times.
Si tienen la oportunidad, lo dejen de sumergirse en esta interesante y dura lectura de una de las voces literarias latinoamericanas más prometedoras.
Interesante. Me gusta mucho esta reseña porque es breve y concisa. Por supuesto, preferiría que no hubiera nada escrito sobre este tema, que no existieran razones para escribir sobre ello, pero existen y hay que escribirlo, leerlo, abordarlo hasta erradicarlo. Gracias, Pepa, lo buscaré.
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Me resulta atractivo el tema tan doloroso e, incluso, el título del libro. Me gustaría leerlo. La reseña, breve, es muy contundente para dar idea de estos cuentos.
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