Rosario Ibrahim – El clavo

El clavo

La importancia de las pequeñas cosas. ¡Cuán importante son! Mirando por la ventana de la habitación de mi madre, observo el clavo, que nunca quitó, y que ha permanecido muchas generaciones. Aunque en la vieja casa hubieran otros objetos que tuvieran la función de colocar llaves, antaño tenía predilección por él. Colgaba todo aquello que creía importante; las llaves del negocio familiar, las de su casa, sus pequeños amuletos y hasta hierbas aromáticas, que amarraba con hilo de mimbre. Solía decirme que ahí, en su clavo, no se perdían sus cosas. Aunque con el tiempo dejó de hacerlo, nunca lo desclavó. Me decía que era su amuleto más preciado, y para que no se le perdiera, prefería dejarlo clavado. Ni siquiera el herrumbre hizo que su clavo dejara su lugar. Me sugería que no lo quitara nunca, que conservara en la pared esa pieza de metal que le dio valor y más vida. No soy supersticiosa, pero sigue en el mismo sitio, agarrando mi suerte para no dejarla ir y protegiéndome de todo mal, como lo hace ella, aunque ya no esté.

Rosario Ibrahim

6 comentarios

  1. Muy bonita reflexión sobre esas pequeñas cosas, que nunca tuvieron importancia, hasta que un día las observamos y descubrimos su peso psicológico.

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    • Muchas gracias por tan bonitos comentarios. Mi vida está llena de pequeños detalles y eso me encanta, valorarlos es fundamental, vital. Mil abrazos. 😘😘😘

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  2. Qué hermosa historia, escrita con reflexiva ternura y calidad.
    Felicidades, Rosario.
    Me encantó…
    Creo que todos, de alguna manera, tenemos algún clavo.
    Bello.
    Muy hermoso.
    Gracias 😊

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