Retales
Asumir que mueres en cada verso,
entender que el mundo es otra cosa,
pese a esas extrañas tardes
donde el invierno cala hasta los huesos.
Los sueños, ese impulso de palabras mudas
y de alargados silencios en mitad
de tanto narcótico ruido.
La posibilidad de vestir el mundo de instantes.
El reto de abrir los ojos a la mañana
siguiente para que mi voz vibre.
La premura de un deseo hoy hecho trizas.
El tiempo y sus entresijos tocándote la piel.
Somos las ganas de un no se sabe que,
ponemos tanto ímpetu en lo
que queremos a veces,
que obviamos lo real,
ese humano danzar por las cosas
en medio de tanto absurdo anhelo.