Mujeres y poder, de Mary Beard
Una reseña de Josefa Molina
Hace unas semanas me regalaron el libro ‘Mujeres y poder’ de Mary Beard. La verdad es que me alegró mucho este presente, sobre todo, por mi interés cada vez más creciente hacia todo lo que tenga que ver con la escritura con sello femenino y las obras que abordan la relación de la mujer artista, en todos sus ámbitos, con la esfera de lo público.
Mary Beard es una de las académicas inglesas más reconocidas en el mundo anglosajón y expertas en el ámbito de los estudios clásicos. Es catedrática en la Universidad de Cambridge y profesora de literatura antigua de la Royal Academy of Arts. Es, además, una destacada divulgadora de la historia clásica, siendo muy frecuente encontrar documentales suyos en los canales de pago sobre subrayadas figuras de la historia romana y griega, como Julio César, o sobre la historia de la Roma y la Grecia clásica. Pero, además, Beard es una feminista comprometida y activa, y sobre este activismo precisamente versa el libro ‘Mujeres y poder’.
En él, la experta recoge dos conferencias en las que aborda, con ironía y humor, y sobre todo, con mucha sapiencia, el papel, o mejor dicho, el nulo papel, de la mujer en la historia del poder occidental. De esta forma, a lo largo de estas dos largos textos, conferencias pronunciadas en 2014 y 2017, la autora, tal y como dice en el prefacio de la obra, «pensaba constantemente en mi madre porque imagina cómo le explicaría a ella – y también a mí misma y a millones de mujeres que todavía sufren las mismas frustraciones – cuán profundamente intrincados están en la cultura occidental los mecanismos que silencian a las mujeres, que se niegan a tomarlas en serio y que las aíslan de los centros de poder».
De esta forma, la profesora, asidua a las redes sociales, explica cómo se ha tratado en la historia a las mujeres, personificadas en un conjunto de personajes femeninos muy conocidos, que discurren desde la mismísima Penélope, Medusa o Atenea para acabar con mujeres que han ocupado y/o ocupan cargos de poder importantes como Theresa May y Hillary Clinton. A través de todas ellas, hace una radiografía de cómo la cultura patriarcal ha silenciado la voz pública de las mujeres, espacio primigenio del uso de la palabra y, por tanto, del ejercicio del poder.
Beard habla también, con bastante sorna, de los ataques que ella misma ha tenido que soportar a través de las redes sociales, especialmente twitter, donde han sido, indica, no poco habituales los comentarios emitidos por hombres que la descalifican, la intentan desautorizar y la ofenden descaradamente. Y una se pregunta que si hay personas que se atreven a proferir este tipo de comentarios hacia la figura de una de las historiadoras más ilustres de Gran Bretaña, qué no harán a una simple mujer que opina y defiende una posición. Ustedes ya conocen la respuesta.
Este libro no hace más que reafirmarme en que sí, que hemos avanzado mucho en el ámbito de la igualdad entre hombres y mujeres en las sociedades occidentales, pero lo cierto es que queda mucho aún por caminar, y digo este caminar, no por separado, sino juntos, como personas que somos todos, hombres y mujeres, y no como géneros enfrentados y posicionados según lo que se tenga entre las piernas.
Y es que, tal y como afirma la autora británica, «no es fácil encajar a las mujeres en una estructura que, de entrada, está codificada como masculina: lo que hay que hacer es cambiar la estructura», por tanto, «si no percibimos que las mujeres están totalmente dentro de las estructuras de poder, entonces lo que tenemos que redefinir es el poder, no a las mujeres».