LA DAMA DE AGUERE
a Fernando Garciarramos
Con su manto se protege de todos los vientos. El viento de otoño en La Laguna nos perfora con el intenso frío del viejo siglo del que procede. Podría pasar cada tarde a su lado sin percibir su inmortal presencia, sin quebrantar su pedregoso silencio, ignorando su misterio, su vacío. Pero hoy, esta tarde de Septiembre entre las plantas del mínimo jardín me he detenido, la he mirado frente a frente y he deseado que se desprendiera de su manto de una vez y escuchar su voz y que me contara cosas que sólo ella sabe desde el principio.
¡Ay! Si tuviera como ella ante mi la eternidad, si poseyera la soledad de estas transitadas calles… Pero en torno a mi sólo se ciernen vagas lejanías, la traición del mar, vientos lejanos y fríos cribando la breve luz. Será vieja, joven, monja, madre, viuda, esposa, criada, escritora, pintora o prostituta con toda dignidad y discreción. Tal vez fundó la primitiva ciudad, después de la batalla, pero no sé qué historia, qué secreto callan sus huesos, me gustaría saber si aún reza detrás del muro de un convento blanqueado de cal, si camina hacia dónde en la noche, a quién espera, qué niebla roe con su mirada. Probablemente nunca lo descubra aunque me quede para siempre junto a ella, contemplando el mágico manto que la protege de la hermosa tristeza de esta ciudad, de todos los vientos.
Facebook: Fabio Carreiro
Me gustó mucho mi querido Fabio. Besos y abrazos.
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Preciosísimo
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