Del poemario ‘Detrás de la memoria ‘
Como se nos va la vida
deprisa y corriendo,
y a veces,
se nos pasan las ausencias
sin percatarnos, a penas…
De repente
de la tierra,
salen voces espectrales
que nos recuerdan las batallas
que forjaron nuestro espíritu,
y al final de la tarde azul,
hay un cadáver
que aguarda por nosotros
para abrazarnos amorosamente…
Inconscientemente,
dejamos pasar el momento
pero él, no pierde la fe.
Mientras,
seguimos avanzando por la vida,
asediados
por la peor de las agonías
que se repite incesablemente,
que nos quema el estomago
y estrangula el corazón
pues no hay mayor dolor que el que nos causa
el muerto que se nos muere una y otra vez
y, al que somos incapaces
de dar sepultura.
En las tumbas,
hemos construido un balcón
con vistas al interior
y pasamos las frías mañanas de verano
esperando
que con la llegada del sol
nos sonría la vida,
sin comprender el vacío que las habita,
sin sentir el adiós de la vida
y así, nos atrapa la noche,
sin darnos cuenta
de que la vida
no tenía nada que ver con la muerte…
Facebook: Manuel Díaz
Suscribo el concepto de cada uno de los versos. Manuel Díaz tiene el poder de encarnar las preguntas esenciales del ser humano «consciente». Gracias por hacernos reflexionar, aunque la interrogación sea amarga.
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Muchas gracias por comentar mi querido Rubén. Un besote enorme mi niño.
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Y a veces se nos pasan las ausencias , sin percatarnos, a penas…
El muerto que se nos muere una y otra vez y, al que somos incapaces de dar sepultura…
Tus palabras encierran un tratado filosófico. Son de una hondura extraordinaria.
Un poema de tu sello
Enhorabuena. Besos
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Grande
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