Un limón amarillo
La noche era de velas
y del diablo de un Blues,
La Luna era un aroma,
un limón amarillo,
y rabiaba de luz
Como olor de pechos
me hacía fluir.
Las tetas de agosto
reventaban por fin
La Luna era un aroma
un limón amarillo
y rabiaba de luz.
Y los ojos de ella
esos ojos manjar
que la Luna centella
quiso ir a besar.
Tu boca en mi boca,
detonando la luz.
Esa noche tú fuiste,
mi luna de aromas
y el diablo fue el Blues.
Facebook: Martín Abreu