Cara al cielo
De espaldas en el suelo,
escucho el parloteo de la hierba.
A contra luz de nubes blancas,
se cimbrea una palmera.
Por los toboganes del aire
se deslizan grises palomas
y cormoranes de espuma.
Más arriba, cuatro guirres
escalan las cálidas espirales
de los alambiques del sol.
Testigo de tanta grandeza,
he comprendido
la infinitud de mi insignificancia
Texto y pintura: Francisco Lezcano Lezcano
Muy descriptivo. Una “marina” del alma.
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Como siempre, Lezcano nos ofrece un poema lleno de significado que nos invita a reflexionar.
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Un precioso poema. Siempre sentimos esta sensación de insignificancia cuando nos posee la naturaleza.
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Una poética hermosísima!!!
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