Instrucciones para salvar al mundo, de Rosa Montero

Una reseña de Mar Zeraus
No estamos ante un manual de autoayuda, tampoco para salvar el mundo, estamos ante una novela urbana donde una serie de acontecimientos y actos humanos van ayudando a salvar el mundo de otra persona.
Rosa Montero emplea un estilo narrativo accesible a todos los públicos, por eso (y otros motivos, claro), sus novelas gustan bastante. Si estuviéramos en un taller de descripción de personajes, yo les animaría a utilizar este libro como ejemplo. La primera parte del libro nos deleita con el desarrollo psicológico de unos personajes que sobreviven trágicamente con un peso existencial insoportable. Así nos encontramos con cuatro personajes diferentes: dos hombres y dos mujeres. Los dos hombres ocupan mayor protagonismo a lo largo de la novela. Matías, un taxista bonachón que enviuda y no soporta su existencia sin su mujer, enferma de cáncer. Daniel, un médico que vive aletargado, sin un objetivo. Fatma, una prostituta muy bella, que ha sufrido todo tipo de violencia a lo largo de su vida, quizás sea la persona que más desentona y en la que menos se profundiza a nivel psicológico, (dada la crueldad vivida y cómo se enfrenta al día a día). Y Cerebro, la científica, una señora alcohólica que deslumbra durante páginas, contando las historias y teorías de algunos científicos. En el desarrollo de estas teorías sobre la serialidad y los vasos comunicantes, se viene a identificar el desarrollo y objetivo de la trama de la novela. Todo lo que una persona hace, tiene sus consecuencias, y puede cambiar la vida de otra. Y así, nos damos cuenta de cómo se encuentran en el Oasis, ese reducto de paz en medio del desierto de la noche.

La novela tiene diferentes condimentos que le dan intriga y velocidad a la lectura; Matones, sexo, sadomasoquismo, historias virtuales, asesinatos en serie, violencia y también historias de amor y desamor. Quizás, hay partes menos creíbles, como el final en la guagua, pero en la literatura y en la vida real, todo puede pasar. Una novela entretenida, 296 páginas, que te lees en pocas horas. Hay que decir también que la cuidadosa edición de Círculo de lectores ayuda en la lectura. La portada trae a Bigga, una lagartija, el refugio mental de la joven Fatma.
Mar Zeraus