Nos aborda la posible primavera
con ternura el empático encuentro
de manos abiertas de frente,
la ola excitante lame cicatrices
y un anhelo invencible
florece palpable en la hoja
de las verdades,
tiembla el atrevimiento
y despierto valores
prendidos en mi túnica
bailada en la sociedad
y liberada del lecho de insomnios,
y despierto en las esquinas
la boca libre engullida
por la garganta
de la conciencia,
la conciencia merecida
dónde mis pies son mi huella.
Daniel Castillo Espinosa