Al ritmo del calor del infierno
Se desnuda la vida en el instante;
capa a capa, como capas de cebolla
van cayendo sobre el asfalto, alquitrán
ardiente del día más caluroso del año.
Se desnudan los sueños, diminutos,
como abalorios de cristal que ya no brillan
cristales arrastrados a la playa por las olas
desde el fondo más oscuro de la noche.
Se desnuda el mañana, desnutrido.
Esqueleto oxidado, estático, pretérito;
sonrisa azul inundando los océanos
y ese rayo de luz que todo lo envuelve.
Te desnudas, dejas atrás la piel de cebolla,
la sal de las lágrimas no derramadas,
el llanto inconcluso caído al abismo
y de nuevo renaces, real, como un infante.
Inma Flores
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Es muy bueno y hermoso.
Me hiciste volar con la imaginación.
Muchas gracias.
Felicidades, Inma.
A abrazos
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Muchísimas gracias, Es un placer recibir un comentario así. Un abrazo muy fuerte y azul, como ese cielo donde nos gusta volar y planear entre nubes.
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