En la punta de la lengua se almacenan los recuerdos traspapelados, los que no se han olvidado aunque se hayan perdido entre el vaivén de los días, el runrún de la vida, el mañanatedigo. En la punta de la lengua mordida sangra lo que no dijimos por no defraudar, porque no es para tanto, porque ya llegará el momento, si no, llegará el olvido. Pepa Marrero
Me gusta tu poema, Pepa.
Maruja
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Me alegra muchísimo que te guste, Maruja. Un abrazo grande.
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