Hay que ser un titán
para sobrevivir a uno mismo
tras asomarse
al precipicio que cada uno
lleva inscrito dentro
y comprender ese vértigo
que inunda la mirada
el esfuerzo por llegar a ser
para al final asumir
ese todo que es pura nada
Hay que ser un héroe
cada noche para intentar dormir
y soportar cómo tras el negro
telón de los párpados cerrados
emerge el recuerdo ruinoso
de lo que pudo ser
y simplemente no fue
por pura mala fe:
sin que se sepa muy bien
quién
por qué
y para qué
Y cada mañana
tras haber sobrevivido
una vez más
a esa patética opereta
de nuevo emerge el sol
y nos regala
un sublime amanecer
que nadie aprecia
porque las falsas prisas
impiden detenerse a contemplar
lo que el cosmos nos regala
Hay que tener valor
para llegar a ser
el que eres
dejando de ser
lo que estabas siendo
alcanzando a ser
la pacífica virtud
del que deambula
por su existencia sonriendo
Hay que aprender
a huir del querer huir:
quise ser esto
y ahora que lo soy
quiero ser...¡aquello!
Hay que saber perdonarse
los errores, ¡sí!,
pero mucho más
lo que llamamos aciertos
Roberto Iglesias
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Gran poema con un gran mensaje. Me encantó, Roberto. Un abrazo.
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El inconformismo y la rebeldía encubierta. Me gusta mucho este poema, Roberto. Gracias!
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