ALLÁ
a los pastos en llamas
a la hambrienta hambre venidera
a la ceniza gris casi espesa
de la vida ardida en fugaz hoguera
a la arena pegada entre los dedos
a las migas de galleta
escondida en el fondo del bolso
de aquella raída chaqueta
que hasta el frío se escondía en ella
porque así de egoísta es la miseria
al apartar la mirada
al huir en silencio
del drama
en su dolor y su queja
el extraño fluir
de esa amarilla llama
que arde sincera y extraña
en la tormenta salvaje,
en la pesadumbre,
y en la silenciosa calma
Allá donde fueres
ella siempre,
al final,
te alcanza:
vivir o aprender a morir.
Roberto Iglesias
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Un poema con marcada atmósfera filosófica que invita a la reflexión. Muchas gracias por compartirlo.
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