Los muertos que alguna vez amé

Te dejo 200 euros y no me molestas, le gritó el odio al amor. El amor dio media vuelta y se marchó para siempre.
Te doy 50 euros para no volverte a ver, le dijo la tristeza a la alegria. Alegria sonrió de oreja a oreja y la dejó hablando sola.
Te regalo 25 euros y no me hablas nuevamente, le dijo la envidia a la felicidad. Felicidad la miró con los ojos repletos de estrellas y siguió su camino.
La Rabia mandó a la calma a buscarse la vida, a cambio de 20 euros. Calma se vistió de azul y se sentó a comer un helado.
Te ofrezco 15 euros y te olvidas de mí, le dijo la frustración a la esperanza. Pero ella ya no le oyó y siguió su camino.
Odio, tristeza, envidia, rabia y frustración quedaron en la Calle Larga para tomar una cerveza.
Se sentaron a ver pasar la vida en agónica y resignada soledad, al darse cuenta de que juntas no valían ni para una pensión no contributiva.