En verdad os digo
El problema
fundamental
de las revoluciones
es igual
al de la Pureza:
tienen
vocación de esfinge.
De ahí que
Pureza
y revoluciones
acaben
heraclitanamente
en la cuneta.
Pastores,
no debéis
echar al campo
las ovejas
inmortales
ni los corderos
inmutables
mientras no sea
enjaulada
la dialéctica.
Digo yo
Muy bueno. ¡Y menos mal que no hay jaula que contenga a la dialéctica!
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¡Buenísimo! Saludos 🙂
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Como siempre, es un placer leerte, maestro!
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