TE RECOMENDAMOS… Breves amores eternos, de Pedro Mairal

Breves amores eternos de Pedro Mairal

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Una reseña de Rubén Mettini

Ediciones Destino. 2019

Hay un lugar común, utilizado en los talleres de escritura, que habla de un clavo y de un ahorcado. La idea se le atribuye a Chejov. Para quien no conozca la historia, la cuento brevemente. Dice que, si en las primeras líneas de un cuento, aparece un clavo en una pared, llegado el final, allí se tiene que colgar el protagonista. Al margen de las dificultades de colgarse de un clavo, con el riesgo de arrancar un trozo de pared y no morir, diría que esta recomendación podría servir para un microrrelato o un cuento de tres páginas. Nunca veremos el hipotético clavo en unrelato de Flannery O’Connor o de Alice Munro. Tampoco lo usa Pedro Mairal en este libro de cuentos. Comienza a relatar una historia con cierta parsimonia, aunque con un pulso muy seguro. El lector puede confiarse, sabe que el escritor lo llevará a un final, sin ahorcados en la pared.

Me detengo en el autor, porque seguramente el lector español lo desconozca. Pedro Mairal es de Buenos Aires. A los 28 años recibió el Premio Clarín por la novela Una noche con Sabrina Love, una historia que fue adaptada al cine. Desde ese momento escribió varias novelas y poemarios. En 2007 fue catalogado como uno de los 39 mejores escritores jóvenes. En 2017 recibe en España el Premio Tigre Juan por La uruguaya, que ha tenido enorme difusión. Sus libros fueron traducidos a once lenguas.

Muchos de sus cuentos narran historias de parejas burguesas en conflicto, matrimonios en que aparece un o una amante, donde el hombre se muestra poco airoso en estas relaciones sentimentales. En una entrevista, Mairal comentaba que quería huir de la imagen típica del «macho» argentino, por este motivo se decantaba por un hombre que duda o que actúa de forma desatinada. En los relatos, las relaciones sexuales son muy explícitas. El autor no se censura a la hora de relatarlas, pero también describe con mucha fidelidad la vida cotidiana. Mairal es un orfebre en analizar los gestos, las pequeñas acciones, los detalles del comportamiento humano. Esto hace que, en momentos, nos sintamos identificados, incluso con personajes que no se parecen en nada a nosotros. En esas 5 o 10 páginas que ocupa cada cuento todo lo que ocurre es verosímil, aunque los desenlaces puedan ser fantasiosos, inesperados o sorprendentes.

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Un detalle que me llamó la atención es la obsesión de Mairal por el país vecino de Argentina. Varios de sus cuentos se basan en viajes entre Buenos Aires y Montevideo o citan el viaje en buque bus que une la capital argentina con Colonia del Sacramento en Uruguay.

En algunos momentos, el narrador va construyendo una situación humorística, con premura, llevando a los personajes a contextos donde ocurrirá algo sorprendente o absurdo. No busca el humor de brocha gorda, es un humor delicado, fino, donde en el fondo sentimos que el autor siente gran estima por los personajes que construye, aunque esos seres sean algo deshonestos o despreciables.

Mientras pasan los días y me alejo de la lectura, hay dos cuentos que pendularmente aparecen en mi mente. Uno se llama Hoy temprano. Comienza con un niño que viaja pegado a la luneta trasera del coche nuevo de su padre. El relato utiliza el presente como si todo estuviera ocurriendo ahora mismo. Los diferentes coches marcan la vida de la criatura que crece, se vuelve hombre, conduce nuevos coches…, conocemos toda la vida de ese personaje a partir de los automóviles en que ha viajado. Una historia llena de ternura y también de cierta pena.

El otro es el cuento que cierra el libro, tal vez el más extenso –unas 35 páginas–, La virginidad de Karina Durán, donde Mairal analiza el alcance que pueden tener las redes sociales. Un joven de 17 años, Walter, establece una relación afectiva con la joven que da título al cuento. Karina, influida por la religiosidad de su madre, protege su virginidad con total firmeza. Pasa el tiempo y Walter harto de intentar infructuosamente lo imposible, decide colgar en una red social de subastas la virginidad de Karina. Allí se desata un éxito inesperado de la chica que desconoce que su virginidad tiene un precio cada vez más alto. Las apuestas crecen y crecen. Y aquí me detengo para no ser spoiler.

Recomiendo acercarse, comprar, adquirir, leer algunos de los libros de Pedro Mairal. Disfrutarán con su ternura y humor, entrarán en personajes con vibración real, a veces un poco absurdos, reflexionarán sobre el género humano y tendrán ganas de repetir la experiencia.

Rubén Mettini

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