Voy a coger esta pluma
con las yemas de mis dedos
y bañar la hoja en blanco
con la sangre de mis miedos.
Voy a escribir a mi madre
como cuando era pequeña…
Con mi secante y tintero,
sin lágrimas y sin penas.
Voy a emborronar palabras
hasta que lleguen al cielo
de los sueños que la arropan
imaginando sus ruegos.
Voy a coger esa pluma,
esta «pena», este deseo,
y voy a escribirle un libro
a la mujer que más quiero.
Sé que duerme -solitaria-
acunada por la luna.
Pero en mi alma la llevo
como la mar más fecunda.
Voy a coger esta pena,
esa hoja
y esa pluma
para bendecir su vida,
su casta y su noble cuna.