Nunca más los besos
tuvieron sabor a prohibido,
ni sonaron a Tequila en un casette.
Nunca más los besos nacieron tan despacio,
tan tímidos, tan inocentes.
Nunca más fueron engendrados
entre las manos, al rozar los dedos,
ni en un abrazo inmenso
de cuerpos sumergidos
en un mar de ternura.
Nunca más volvieron los besos
a ser todo y más, nunca más
aroma de adolescencia mezclado con arcoiris
que brillaba en el cielo de Nicola Di Bari.
Nunca más los besos de sábados por la tarde
nunca más los besos a escondidas,
ni al son de Please don’t go
en un vinilo que gira y gira.
Nunca más los besos fueron eternos,
con sabor a poco, a cigarro para dos.
Nunca más los besos en el jardín prohibido,
tú cantando la quiero a morir
y yo muriendo de amor.
Nunca más otros besos,
cual bulbos de gladiolos,
germinaron después de muertos
en el jardín de los recuerdos.
Hoy cultivo poemas que brotan
por las grietas del tiempo,
porque siempre los besos, siempre,
los besos del primer amor.
‘Hoy cultivo poemas que brotan por las grietas del tiempo’. Precioso verso.
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Nada más bello e inolvidable que los besos del primer amor.
Un abrazo⚘
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