30 maneras de quitarse el sombrero, de Elvira Lindo
Una reseña de Josefa Molina
Cuando descubrí este libro de Elvira Lindo en un mostrador de una librería, lo primero que captó mi atención, sin duda, fue su título. Y es que solo hay que leerlo para percatarse del guiño directamente relacionado con las denominada las Sinsombrero, sobrenombre por el que se conoce a la generación de mujeres pensadoras, escritoras y artistas de la Generación del 27.
Y efectivamente, ’30 maneras de quitarse el sombrero’, aborda en forma de pequeñas crónicas periodísticas, muchas de ellas publicadas como columnas en distintos medios de comunicación, la historia, obra y personalidad de un conjunto de 30 mujeres brillantes, tanto personas reales como personajes de ficción; 30 mujeres procedentes de todas las disciplinas artísticas, desde el teatro a la poesía, el cuento y la novela, pasando por el cine, la música y la lucha feminista; en realidad, 29 mujeres +1, – ya que ella misma que también se autorretrata y se quita el sombrero desnudándose tanto como escritora como persona-, cuya relevancia la autora expone al lector con grandes dosis de admiración y reconocimiento.
Porque, tal y como afirma en la introducción, «lo que soy se lo debo a las personas a las que admiro que, a la manera sutil e indirecta en que va penetrando en nuestra mirada el arte en cualquiera de sus manifestaciones, han modificado mi manera de abordar un texto e incluso me han empujado a ser más libre en la defensa de mis ideas«. ¡Cuánto me identifico en esta afirmación de la autora de ‘Manolito gafotas’!
De esta forma, a través de este título, Elvira Lindo nos acerca a cada una de las mujeres cuya obra desentraña, adentrándonos con algunos detalles en su vida e invitándonos a profundizar de forma personal y concienzuda en su personalidad y su legado.
Como dice la premio Cervantes 2013, Elena Poniatowska, prologuista de ’30 maneras de quitarse el sombrero’, ‘los perfiles de Elvira Lindo son buenos porque son tan auténticos como la prosa de Grace Paley’, y continúa unos párrafos después, ‘¿Aprendo sobre cada una de ellas? Sí, que son madrescoraje, escandalosas, desatentas, desatendidas, odiosas, solitarias, agobiantes, culpables, estrafalarias’.
Reseño especialmente el último capítulo del libro, un texto en el que la autora realiza un ejercicio difícil en mi entender personal, escribiendo de su faceta como persona y como escritora. En estas páginas, un monólogo escrito para ser leído y escenificado, Lindo aborda lo que ha supuesto para ella la experiencia y el oficio de escribir, un oficio que describe plagado de brillantes momentos de una gran satisfacción pero también de duros episodios en las que las dudas sobre su capacidad como creadora se hacían patentes y la llenaban de desconcertantes incertidumbres y en la que expande agrias reflexiones sobre el oficio de escritor. Tengo que reconocer que este último relato personal de la autora gaditana me dejó profundamente impactada ya que me llevó a reflexionar, una vez más, sobre la creciente falta de libertad en nuestra sociedad actual cada vez más regida por lo ‘políticamente correcto’, en torno al proceso de creación y su expresión a través de la escritura.
Nada más que añadir, excepto que este es el tipo de libro que una siempre debería tener a mano para volver a él con frecuencia, porque hay tantas autoras por descubrir, tantos hermosos universos en los que adentrarse, tanto buena literatura en la que recrearse, que una no tiene más que quitarse el sombrero, con sinceridad, con total admiración y máximo respeto, comenzando por la propia autora por su empeño en rescatar a este grupo de mujeres y darles visibilidad.
Porque ya sabemos que a quienes no se nombra, no existen.
Vídeo ’30 maneras de quitarse el sombrero’
Qué bueno, tomo nota.😉
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Tómala, sí, merece la pena, es un libro estupendo, no te defraudará.
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Dan muchas ganas de leerlo. Me gusta Elvira Lindo porque sabe decir las cosas con humor, ser severa con una sonrisa y ser crítica a riesgo de ser incorrecta: Manolito Gafotas fue considerado un desatino literario en los países europeos. Creo que, a veces, debe resultar difícil de entender a esta autora.
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Un libro fantástico, lleno de referentes femeninos en los que hay que profundizar. Gracias, Rubén, por comentar.
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