EN LA TARDE
Una nube rosa y malva…
Sobre la copa de un árbol anidan esferas solares
que mañana, tal vez, serán pájaros de fuego.
En este ardiente crepúsculo de agosto,
habla el prado con voz de cigarra.
Acaricio la hierba seca
y mis manos leen ¡tantas cosas!
¿A quién contarlas?
¿Tal vez mañana a los pájaros de fuego?
Me quedo mirando el nido,
escuchando al árbol.
Y entonces me pregunto
cómo el hombre puede engendrar
tanta violencia.