Contemplar el silencio
Se quedó embebido en el tiempo y el espacio. No quiso volver. Miró desde nadie sabe dónde hacia todas partes y siguió andando. Unos creen que estará empezando con alguna de esas enfermedades mentales que andan ahora de moda. Hay quien se atreve, a pesar de su mirada ausente, a hacerle alguna pregunta, más por pena que por otra cosa, aunque sin resultado alguno. No es que haya dejado de hablar, sino que sus respuestas vienen desde ese tiempo y ese espacio en el que decidió quedarse cuando entendió que aquí no había nada que hacer porque nadie estaba ya en sus cabales.