Ese rostro marcado que deja ver la vida tras sí
Ese rostro marcado
puede ser el mío,
marcado por los años…
Ese rostro
que ahora
se baja
de la guagua,
y me conmueve…
Cuando dice
que le ayude
con su delgado bastón,
a bajar…
No sé lo que sucede
cuando sus ojos
desprenden el tiempo,
cuando sus ojos
vislumbran
esa ternura
impredecible…
Ese rostro
son todos los rostros
con los que el tiempo
juega,
a los que el tiempo
deja a la deriva,
y el corazón se me rompe
aunque no se note
nada,
y me siento ellos,
se adentran
todos en mí,
porque veo
como estamos de paso
y a lo mejor
a ellos
no les voy
a ver más…
ni a mi
que tampoco estaré
porque estoy en ellos.
Isa Guerra
Del libro «Vivir para ser»