Balan al son de las olas
Balan al son de las olas, y, aunque son cascabeleras, prefieren ser marineras y escuchar las caracolas. Antes vivían en el campo, entre cerros y montañas, y correteaban alegres por barrancos y quebradas. Comían amapolas locas, y se las veía alocadas desfilando las cañadas. Y la gente comentaba: ¡qué locas están las cabras! Por eso ahora, en la playa, que se alimentan de millo, de tomates y de papas, de plátanos y pepinos, están todas relajadas. Y se las oye balar mirando hacia el horizonte y oyendo el rumor del mar.
Recuerdos de antaño, Quico, las cabritas… Mar y tierra. Me gusta la combinación que has hecho en el relato.
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