Amor de madre en caramelitos de cicuta
Hoy que los veo abrigados, diré que tengo calor; la semana pasada los vi con calor y les dije que tenía frío porque se me bajó la tensión. Si comentan en voz baja que hoy me veo bien, aumento la intensidad de mis quejidos. Eso a mi hijo le atormenta.
Han pasado casi medio año desde que les oigo susurrar al acostarse. Entonces espero que mi nuera comience a reír, para quejarme -al máximo- de mis dolores. Según el día de la semana me da gastritis, tendonitis, faringitis, dolor de cabeza o alguna contractura muscular…
Grito y vocifero lo suficiente para obligarlos que me presten atención. Mi nuera viene a la habitación y me lanza el calmante que nunca tomo. Cada vez me sonríe menos en las mañanas.
Yo, por lo pronto, disfruto muchísimo de mi vida desde que hace seis meses, en secreto, me puse los audífonos.
Jajajajaj!! Me encanta!! Sencillo y directo.
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Me gusta como Marlenis Castellanos va directo al tema, sabiendo qué tiene que contar y hacia dónde quiere dirigir su relato. Además tiene una rara habilidad para describir personajes desagradables y algo malvados. Mi enhorabuena.
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