Volver a inventarme
Llueven tantas historias en las aceras de mi vida
Tantos llegan y tantos se despiden
Todos dejan su huella, frágil y sempiterna
Sueno en las madrugadas que me asaltan sus dudas
Pobres y malheridas
No deja de ser raro que yo sea la misma
que tanta ola, reventada en la arena
deje apenas un halo de presbicia
Que la alegría se empeñe en tocar a mi puerta
Me cuesta tanto la tristeza
que no vale la pena darle la bienvenida
Adiós, esposo, hola presente
Somos todos aprendices
Gracias, Vida
Que la alegría siempre toque en tu puerta, querida Ángela. Preciosos versos.
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Siempre es muy buena tu poesía, Ángela Molina.
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