Soy del campo
Bien ha llovido desde que me sacaron esta foto, a la entrada del Instituto Blas Cabrera de Arrecife, donde empecé mis andanzas como funcionario del Ministerio de Educación y Ciencias, cuando Matusalén aún estaba en pañales. Corría el curso 1977-78; estábamos en carnavales, por lo cual los profesores de Inglés decidimos disfrazarnos a la usanza anglosajona, y ahí me ven ataviado con traje Príncipe de Gales (me había quitado la chaqueta porque hacía calor), corbata, bombín, cachimba al estilo Sherlock Holmes y un bastón en la mano derecha. Mis compañeros de departamento sí que daban el pego pero yo, con la pinta que tengo, más que un británico, parezco un campurrio del barranco de Guayadeque o de Juncalillo. A mucha honra, por supuesto, porque siempre me he sentido del campo, y como dice el poeta argentino Atahualpa Yupanqui: “Yo vengo de muy abajo y muy arriba no estoy. Al pobre mi canto doy y así me siento contento, porque estoy en mi elemento y ahí valgo por lo que soy”.
El caso es que aquella remota mañana de 1978 di mis clases tal cual me ven en la foto, y que mis alumnos tuvieron motivos más que suficientes para reírse a carcajadas de mi indumentaria. Y como el ambiente era un tanto festivo nos pasamos las horas cantando con Carole King, The Beatles, Bob Marley, Queen y Supertramp, entre otros. Recuerdo que, a principios de curso, todos se miraban entre ellos, disimulando su asombro, cuando yo, que nunca he tenido mucho sentido del ridículo y que pretendía que me imitaran, me puse a cantar a voz en grito los primeros temas que había elegido para romper el hielo: “You’ve got a friend”, “Here comes de sun”, “Is this love?”, “I want to break free” y “Breakfast in America”. Poco les duró la vergüenza pues al cabo de dos o tres semanas casi todos cantaban conmigo. Y así ha sido durante los treinta y cinco años que duró mi experiencia como docente. He tenido la suerte y la gran satisfacción de cantar en inglés con miles de chicos y chicas que, con sus voces, han llenado de música mi vida. Y lo menos que puedo hacer es darles miles de gracias.
Facebook: Quico Espino
FELIZ AÑO 2018, Y QUE TUS SUEÑOS SE CUMPLAN.
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Desde Juncalillo te digo que me gustó el relato. Besos y abrazos.
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Que elegancia en tus palabras y en tu vestir
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