Cartas a Roxana
Si yo fuera la luz presurosa de tu sonrisa,
o quizás ese dulce anhelo de tu piel,
vestiría de olas el mar suntuoso
que se extiende bajo tu cintura.
La fuerza desgarradora de ese
último abrazo tenaz aferrado,
a ese aliento entrecortado de tus labios,
en tu huida a lo lejos,
sin mediar palabra alguna.
Me quedé absorto en mitad de las cosas
como cuando abril adormece entre lluvias,
y en mis heridas unas manos
apaciguando ese doliente daño.
A veces dueles tanto en el alma
que la vida no sabe a nada.
Hoy abrigo sin remedio tu ausencia,
como un sonido inmenso,
como ese letargo huérfano de todo,
deambulando por los caminos
en las horas muertas del sueño.
Aunque sé que pudieron contigo,
tus pasos por el desfiladero del miedo,
ambiguas palabras de ayer,
me empujan hoy hacia ti
en medio de tanto vértigo.
Anidado entre tus sombras soy
ese pecho que grita al aire tu nombre,
a sabiendas de que no estás.
Porque este desaliento imperfecto
de mi voz por no tenerte me
hace viajar en la memoria,
para mantenerte pura
y viva para siempre.
Facebook: Eduardo García
Auténtica maravilla hecha palabras…divino amigo mío.
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Auténtica maravilla hecha palabras…
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Un hermoso poema, hecho con las preciosas imágenes que solo sabe construir este enorme poeta. Gracias, Eduardo García, por regalarnos tanta belleza.
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