En el mercado variopinto
Crucificado sobre el asfalto,
cabeza abajo como San Pedro,
en una nube de alcohol y amoníaco,
un hombre agoniza.
Paseantes carroñeros,
vestidos de domingo,
a codazos se abren camino
para estar en primera fila.
¡La televisión va a llegar!
En el mercado variopinto
vocean los vendedores.
¡Se les va la clientela!
Allá arriba, donde las gaviotas se columpian,
remonta un globito de feria.
Sube, sube el globo
hacia las aves altas, altas.
Tiene forma de corazón.
En el mercado variopinto
se oye el llanto de un niño desconsolado.
¿Sube el corazón-globo del niño,
o escapa del pecho ya en calma
del borracho crucificado?
Facebook: Francisco Lezcano Lezcano
Francisco Lezcano es un atento observador de la realidad. Lo sorprendente es que pueda llevar esa observación a la poesía, como si fuera un prosista. Hermoso el poema!
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