Quién me sostiene el alma
El niño sin lágrimas ni oportunidad de quebrarse
Toda la sordidez y toda la inocencia en una rama
El niño acurrucado
sin columpio ni risa ni cena
El niño con su vulnerabilidad
al filo del revólver
Facebook: Ángela Molina
Un poema contundente, con un verso final que nos deja sin aliento. Sigue regalándonos, Ángela Molina, tus hermosas poesías.
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Mis felicitaciones y mi aplauso. Besos y abrazos.
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