Soneto inicial
Al alba sucumbió la noche herida,
herida por el sol que la decrece;
al alba la mirada resplandece
al brillo luminoso de la Vida.
Al alba queda franca la salida
a todo lo que bueno me enaltece;
al alba lo infernal desaparece
rendido ante la Luz más encendida.
Me besa sentimiento, boca y frente,
las ganas y el amor que va conmigo,
mi sueño más profundo y confidente…
Al alba se despierta el Dios amigo
besándome la piel con beso ardiente,
ardiente como el verso que te digo.
Facebook: Esteban González