Mi discreto cadáver
Tengo la sana costumbre,
por Feria y por Navidades,
de hacerle largas visitas
a mi discreto cadáver.
Siempre que voy me lo encuentro
más sabio y más saludable
y disfrutando del muere
como no disfruta nadie.
Mi cadáver atesora
una colección de tardes,
de mañanas y de noches
olvidadas u olvidables,
un coche de medio punto,
un camino de ir por partes,
dos mediodías enteros
y un sinfín de eternidades.
Cuando voy a visitarlo
-jamás con acompañante-
lo obsequio con un silencio
dividido en tres mitades.
Él me regala un reloj
de minutos desechables.
Al despedirme le digo:
Never more! Y él dice: ¡Vale!
De Paso a nivel, 2005
Facebook: Manuel Díaz Martínez
No me canso de repetir aquello en lo que creo, y este libro, Paso a nivel, no tiene desperdicio. Es cínico, irónico, tierno y a veces desgarrador… Me he reído y he llorado con la misma intensidad… ¡Eres grande, Manuel!
Me gustaMe gusta
Maestría en la composición poética. Me gusta el juego final entre Poe y el lenguaje más coloquial. Maravilloso.
Me gustaMe gusta
Un divertido final para un poema hablando de la muerte. Es bueno tomarla así, como amiga, compañera, capaz de sacarnos una sonrisa hasta a última hora. Precioso poema.
Me gustaMe gusta