Suspendida
Suspendida
Ausente del afecto cotidiano
de los hermanos que me abrazan desde lejos
de la verde violencia, del temblor conocido
del olor a tierra húmeda y café
de las blancas paredes de mi casa
del lecho donde me entrego al sueño
del rictus trasegado, de los pequeños sinsabores
del fracaso en la batalla, del aroma lácteo de aquel cuerpo
del tacto suave y amargo, y las cenizas
Suspendida
Ahora en otra piel, del hombre joven
del abrazo recién descubierto
de mis ojos que se detienen
en esos dientes blancos, ese cuerpo perfecto, esos ojos que brillan,
ese paisaje de macho nuevo que se entrega
como un cosmos, de su risa en cascada
Tengo y no tengo
La dulce obstinación
El tesoro encontrado
La modorra
El triunfo del encuentro
el orgasmo y el llanto
junto a la decepción
A hurtadillas
A tientas en mi vida
midiendo cada paso y desbocándome
El vértigo, el asombro, este ir y venir apasionado
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