Todos los nombres del infinitivo
Vaya desde aquí mi denuncia a muchos periodistas y también a los políticos por contribuir con sus prácticas al exterminio del lenguaje, entre otros genocidios. Todos ellos forman parte de un grupo organizado que pretende infinitizarnos a todos, convertirnos a en seres sin género, sin número y, lo que es peor, sin persona. Vacíos de todo, podríamos contener cualquier cosa.
Arengamos hoy contra el uso del infinitivo como verbo principal al comienzo de una oración, donde se erige como verbo jefe con valor absoluto. Hablamos del infinitivo que se utiliza por omisión de un verbo de intención o un verbo en forma personal.
Este infinitivo tiene más nombres que el actual rey de España. Así, lo podemos encontrar como infinitivo introductorio o introductor, infinitivo de generalización, infinitivo de cierre, infinitivo enunciativo, infinitivo radiofónico, infinitivo fáctico, infinitivo como verbo principal o «tarzanismo», éste último invención del filólogo riojano Rubén Pérez Negueruela.
Este uso descuidado del infinitivo se da principalmente con los llamados “verbos de decir” (verba dicendi), entre los que se encuentran, además de decir, otros verbos como expresar, recordar, destacar, añadir, informar, manifestar, indicar, señalar, afirmar, declarar, etc.
Por tanto, es incorrecto pronunciar frases como:
-Destacar la gran actuación de la cantante.
-Por último, recordar que mañana conoceremos el resultado de las pruebas.
En estos casos, lo correcto es “Hay que destacar la gran actuación…”, “Por último, les recordamos que mañana…”
A mi me enseñaron que toda oración debe tener como núcleo un verbo en forma personal, pero claro, de eso hace ya cuatro reformas del sistema educativo. Sabíamos también que el infinitivo es una de las formas NO PERSONALES del verbo, así que es mucho lo que hemos desaprendido desde entonces. Eso sí, hemos recibido mucha ayuda desde los medios de comunicación, pues el nombre de infinitivo radiofónico ya nos da una pista sobre los principales culpables de semejante delito contra el buen gusto. Me parece estar viendo a ese sujeto plantado detrás de un micro intentando ser culto, fresco, actual y supercomunicativo, mientras se inventa usos del lenguaje como quien amasa plastilina. Algo pasa con la formación de esta gente, una disfunción que tienen que hacerse mirar antes de que contagien a toda la población, que cada día demuestra más debilidad en su sistema inmuno-literario. Yo, desde luego, siempre me he considerado muy democrática, pero una cosa es la libertad de prensa y otra el libertinaje lingüístico.
Pero, veamos otros usos incorrectos antes de que el lenguaje sufra una necrosis generalizada:
.El infinitivo por imperativo. Se ha convertido en moda, con lo que se pierde la posibilidad de tener conciencia de su incorrección, sustituir las formas plurales de los imperativos por el infinitivo. ¿El motivo? Parece ser que es algo a lo que llaman la «pronunciación preferida», un eufemismo para decir que se usa porque es más cómodo de pronunciar.
-Coger cada uno vuestra comida.
–Coged cada uno vuestra comida.
Sin embargo es correcto cuando damos instrucciones o recetas:
-Añadid 200 g de azúcar.
-Añadir 200 g de azúcar.
Solo es válido el empleo del infinitivo con valor de imperativo dirigido a una segunda persona del singular o del plural cuando aparece precedido de la preposición a, uso propio de la lengua oral coloquial: ¡Tú, a callar! ¡Niños, a dormir!
.Infinitivo + se. Consiste en espetar un “se” al infinitivo introductorio para crear una especie de impersonalización que sustituye al imperativo.
-Darse prisa, que nos vamos.
-Daos prisa, que nos vamos.
En la modalidad negativa sustituye de manera indebida al presente de subjuntivo de mandato:
-No hacerme reír.
-No me hagáis reír.
.Infinitivo de deseo, consejo o advertencia.
Se utiliza en lugar del imperativo o del presente de subjuntivo:
-¡Hasta luego, pasarlo bien!
-¡Hasta luego, pasadlo bien!
Sin embargo, no nos aturullemos por un exceso de celo. No hay que confundir el infinitivo fáctico con el nominal, que hace la función de nombre en la oración.
-El caminar del gato es elegante.
O También con el infinitivo verbal:
-Decir que lo entiendo es mentira.
Fin del misterio. Como siempre, remitimos a todos los que hayan quedado insatisfechos con estas discretas explicaciones a la insondable red. Visitar (infinitivo verbal) estos enlaces puede ser de utilidad.
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Buen recordatorio. Yo a estos delitos los catalogo de lesa ‘maguestad’.
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Jejeje….siempre tan aguda. Gracias Balbi, por estar siempre cerca.
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