Margarita Ojeda García – Un lugar para soñar

Un lugar para soñar

El lugar era mágico, entre la naturaleza y la gente todo transcurría en perfecta armonía. Las mujeres eran idolatradas por el don de dar vida, y en el periodo de gestación se reunían en un espacio encantado donde las flores danzaban mostrando su exuberantes formas y colores, y su aroma era tan relajante que inundaba de paz el ambiente. El canto melodioso de los pájaros contribuía al bienestar de las mujeres gestantes que eran mimadas por niños y mayores. Los pájaros contaban historias de los lugares que visitaban, pero no existía otro lugar donde se respirara la felicidad de la que allí gozaban. Cuando nacían los bebes eran elevados a las alas del viento que meciéndolos les silbaba bellas melodías sosegando los acompasados latidos; mientras las madres eran festejadas con toda clase de atenciones y el amor vibraba en cada corazón. Entre el aleteo de mariposas las mujeres recién paridas, junto con todas las generaciones de madres, en agradecimiento se acostaban sobre la tierra fértil para intercambiarse renovadas energías. En el país no necesitaban soñar porque allí la vida era el sueño de los ensueños.

Margarita Ojeda García

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