El carnaval de los tacones grandes

El Parque se convierte en un hervidero, pues el festival Drag Queen tiene cada vez más predicamento. Y eso que lo autorizó, con muchas dudas por aquello de la moral, un alcalde de derechas. Las personas de orden suelen ser algo hipócritas, aunque en privado practican los mismos vicios que los demàs.

Pero la gente ya estaba algo cansada por las galas tradicionales, con las candidatas  a Reina arrastrando trajes de 200 kilos, la chica fatigada por tanto esfuerzo.

Hubo muchas dudas, hasta que la organización dio el sí definitivo. Un éxito tan desbordante que lo transmitían incluso en Australia. Locura de travestidos que recordaban la Comedia del Arte, las fantasías venecianas.

Yo, Machu Pichu, soy feliz tras haber ganado con mis enormes plataformas, mi vestido de dios inca, mis gasas y lentejuelas, mis contoneos con fondo de Shakira, esa chica tan lista que no sufre sino que factura.

Lo que más me gustó fue mi matrimonio en pleno escenario, mi novio estaba la mar de contento. 

Pero esa misma noche mi otro yo se rebeló, no pude más y le aticé en plena yugular. Todo se enredó mucho, me llevaron a declarar pero por mi buen comportamiento pronto me van a dar el tercer grado. 

Luis León Barreto