A través del cristal
«Te lo digo de corazón. Te lo juro, María. Te quiero».
Sentado en una terraza lo observo. Mientras camino, escucho sus palabras. Me detengo. La curiosidad se instala en mí y finjo mirar un escaparate. Tras el cristal se agolpan los objetos: joyas, pañuelos, pequeños espejos… Es Navidad y las calles se llenan de seres que corren llevando sus mejores deseos en hermosas bolsas y cuidados paquetes, olvidando que el afecto y el tiempo compartido son los detalles más valiosos. Es invierno a pesar del Sol de la tarde . Es invierno en ese cuerpo que, sentado, comienza a derrumbarse. Surcado rostro, escaso cabello, mirada mate en un hombre que agarra con dificultad su teléfono móvil en una arrugada y deformada mano mientras sostiene en la otra un cigarrillo casi, como su vida, consumido, mientras pronuncia: «Te lo digo de corazón. Te lo juro, María. Te quiero».
Palabras que suenan como un dulce eco hasta que emerge la verdad, tormenta en mis oídos: «Sé que no he sido un buen padre, un buen marido. Sé que no he correspondido a tanto amor, a tanto sacrificio… Sé que tu cuerpo está marcado por el mío y que tras tus vestidos, tus faltas y blusas se observan aún tonalidades verdes, azules, lilas… Pero, te lo digo de corazón. Te lo juro, María. Te quiero y quiero pasear junto a ti esta Navidad, quizá la última para mí».
En ese momento, dejo de mirar el cristal y vuelvo mi mirada hacia un ser mezquino. Pienso en hablarle pues la ira se agolpa en mí como los objetos que he estado observando. No soy capaz y, con lágrimas que empiezan a brotar, me alejo.
Carmen Quesada
Me gusta. Muy bien narrado el proceder de un maltratador, que siempre aman tanto…
Maruja Salgado
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Cuanta verdad hay en esas sabias palabras.
Su contenido, nos transporta a muchos hogares del mundo, donde muchas personas, han vivido la misma situación.
Siempre está ahí, el miedo o la vergüenza a expresar los sentimientos.
Y que pena, porque, cuanta felicidad, llenaría el corazón de una persona, con tan sólo escuchar,unas palabras de agradecimiento, arrepentimiento o reconocimiento de amor por los años vividos.
Es una gran lección de vida, y una gran enseñanza, que debemos aplicar desde ya, a nuestro día a día. Sin olvidarnos, de lo poco que valoramos el tiempo, el mal uso que hacemos de él, olvidándonos como siempre, de lo más importante, las personas más cercanas y las que más se lo merecen.
Muchísimas felicidades, has tocado esa parte muy importante, que hay dentro de todos nosotros, el alma.
Y nos llevas a todos a una gran reflexión.
Espero y deseo, que despierte en todos nosotros, esos sentimientos ocultos y los podamos expresar a nuestros seres más queridos.
Ha sido muy bonita y emotiva a la vez.
Muchísimas gracias por compartirla con todos.
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Gracias a todos por vuestros «me gusta» y «vuestros comentarios». Un fuerte abrazo.
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Muy bueno ese relato, gran descripción de detalles, enhorabuena
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