TE RECOMENDAMOS… Panza de burro, de Andrea Abreu

Panza de burro, de Andrea Abreu

Una reseña de Félix Martín Arencibia

El libro Panza de burro (Editorial Barret, Editora Sabina Urraca), de la joven escritora canaria Andrea Abreu, destila frescura como la leche de cabra recién ordeñada. La angustia llora desde las gordufas nubes ahogando a sus personajes. Destila tristeza empapando pieles y embotando cabezas.

En su texto parte del vocabulario y formas de la novela son los nuestros, los de los canarios que han sido alimentados de boca a boca. Sí de abuelos a padres e hijos. De magos a magos, de mauros a mauros…A la vez han ido realimentándose bajo la influencia de otros vientos venidos de otras culturas.

En Panza de burro late la amistad entre las dos niñas en su más puro estado. Ocupan el centro del corro donde juegan a ser mayores. Destaca cómo la patria de la infancia era portadora de secretos enrededados entre la maleza de futuros adultos. Resultaba natural y a la vez real el sexo y lo escatológico desprendiendo olores, fos que jiede, decíamos.

La autora, ayudada un poquito por su imaginación, se atreve con valentía a abrir la cajita sucia de sus secretos recuerdos mostrándolo con naturalidad. Con el paso del tiempo convenciones sociales y los pudores nos alejan de nosotros y llegamos a creer incluso que fue algo totalmente imaginado, soñado o vivido en otro mundo. Casi olvidábamos cómo en la infancia disfrutábamos revolcándonos en la mierda de lo oscuro, lo que nos daba gustito y nos culpabilizaba por ser lo prohibido en el mundo de los adultos y religiones.

Quisiera destacar cómo nuestro escritor Víctor Ramírez, utiliza en parte el lenguaje secreto y sucio de la gente sencilla en la intimidad un tanto secreta y sobre todo en el territorio de la infancia. En ejemplo lo tenemos en su novela Nos dejaron el muerto que luego ha sido llevada al cine con el nombre de La Caja.

Nada, darle las gracias a Andrea por el regalo que nos hace con esta joya empapada de nuestros olores y palabras más auténticas. Nos anima a los que tratamos, ya con cierta edad, a cultivar la palabra en la poética o la ficción narrativa con esa frescura que nos oramatiza. Nos alegramos y nos sentimos orgullosos de que Panza de burro haya sido editado, traducido y apreciado en tantos países.

Félix Martín Arencibia

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