Las lágrimas de Juliana, de Iago Méndez

Una reseña de Rubén Mettini
Juliana llora porque la obligan a dejar su tierra. Se pone en marcha con su padre. Este desalojo ocurre en Itapúa, un departamento de la República del Paraguay. Un hecho nimio, en una zona perdida en América del Sur, pone en funcionamiento el artilugio argumental de esta magnífica novela.
Un periodista freelance, Mauricio, escribe en Argentina un preciso artículo llamado Las lágrimas de Juliana. En él reflexiona que Paraguay nunca aparece en las noticias, es un país olvidado por la crónica internacional. Ha visto que allí obligan a la población rural a desalojar sus casas para que puedan extenderse los enormes cultivos de soja. El artículo va acompañado por unas fotos de los campesinos, pero especialmente de esa joven, Juliana, que llora por su exilio. Alfredo y Marina llevan, desde Barcelona, la revista Continente Global, una revista aparentemente independiente que intenta subrayar las injusticias en el mundo y que se interesa en publicar el artículo y la foto de la niña. No será fácil conseguirlo.
Luego conoceremos a directivos vinculados a la gran corporación SZN, una empresa dedicada a la producción de cultivos transgénicos. Uno de los activistas antisistema, enemigo de la empresa, comenta sobre el proyecto mundial:
«Están experimentando con una nueva generación de cultivos alterados genéticamente que, además de hacerlos más resistentes a los pesticidas más agresivos, poseen una composición especial destinada al consumo animal, de forma paralela a los cultivados para consumo humano».
La gran corporación producirá comida basura para animales y seres humanos, pero, a su vez, contará con unas empresas satélites que elaborarán alimentos biológicos muy sanos, solo accesibles a la gente más rica. Una operación nítida para separar a las clases poderosas de la gran mayoría de pobres.
Otro de los núcleos esenciales de la novela de intriga internacional se centrará en esos individuos que forman los grupos antisistema. Conoceremos sus inicios como militantes en partidos políticos, aunque en un momento de sus vidas sentirán la necesidad de pasar a la acción, moverse secretamente, actuar como espías y llevar a cabo acciones terroristas para atacar a los dueños de las grandes corporaciones.
Quizás resulte complicado explicar el argumento, hay muchos personajes y, sobre todo, muchos lugares del mundo por donde se mueven estos protagonistas, pero Iago Méndez tiene un absoluto dominio de las riendas de la trama. Despliega una escritura diáfana, donde el lector siempre va guiado por su garra narrativa. La novela, además, nos permite seguir a los personajes por ciudades como Ginebra, Barcelona, Hong Kong, Londres, Mallorca, Bangkok, un castillo en Francia…, pero estos lugares no son solo dioramas teatrales. Méndez describe con precisión los aeropuertos, las estaciones, los lugares públicos y los interiores. Nos da la impresión de que nos lleva de la mano por cada una de esas ciudades, ofreciendo un conocimiento preciso de cada una de ellas. Y lo mismo ocurre con los personajes. Es admirable la captación del autor de gestos, comportamientos, descripciones físicas, ropas, pareciera que nada escapa al ojo avizor de Méndez.

Un aspecto esencial de la novela, que podría definirse como un thriller de trama internacional, subraya el amargo sometimiento de la prensa a las grandes corporaciones. Podríamos decir que solo se conseguirá publicar lo que esas grandes compañías permitan. Los artículos críticos, como pasa con los guiones de Hollywood que fustigan al sistema, quedarán archivados en cajones para siempre.
Recomiendo esta novela que, además de darnos unas horas de una prosa ágil y brillante, nos hace conocer los tejes y manejes de la política mundial, manipulaciones generalmente escondidas, pues el mismo sistema intenta ocultarlas.
Añado una pequeña biografía del autor. Iago Méndez es un autor gallego, nacido en Vigo en 1980. Ha escrito novelas en gallego y en castellano. Comenzó a trabajar como periodista en Televigo y en el año 2006 ganó el IV Certamen Nacional de Novela Corta para Jóvenes Escritores Valentín García Yebra con la novela El sol y el asfalto. Con Las lágrimas de Juliana (Editorial Círculo Rojo. 2020) vuelve a la literatura luego de varios años de silencio narrativo. En el momento actual reside en Las Palmas de Gran Canaria.