Despertar


 


Me despertó esta mañana

el canto de un sol naranja

y el gorjeo de mil luces

sobre la albina geología de mi lecho.

 

Mi pensamiento se alejó hasta los hombres que reptaban,

por dunas, empapados de angustia,

con un horrible arácnido de miedo

incrustado en el vientre.

 

Por ellos,

aullé contra los asépticos militaristas encorbatados,

disimuladores, prestidigitadores,

agitadores,

que ocultan sus crímenes

entre las tramoyas

de su teatro apocalíptico.

 

Cansado volví a dormirme...

He soñado que todos los ejércitos del mundo

habían sido devorados por las dunas

y que, al tercer día,

los hombres de corazón limpio

regresaban de entre los muertos;

que la Tierra florecía,

de nuevo planeta azul, en paz,

en Paz Civil.

 

La gente reía a la misma mesa,

llevaran media luna, estrella o cruz,

bajo el brazo.

                                 

Francisco Lezcano Lezcano