Las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma
Me quedo a vivir en el capítulo 68 de Rayuela para iduar el sapio, sin tapucaciones ni puntacos, porque es cansino hablar sin que nadie entienda ni una sanplora. Ya no tengo plunas de seguir rincando y rincando siempre lo tosto y sintiendo que hablo en merjuyo o que todo el mundo es chaco. De ahora en lejostien voy a vivir en este capítulo y así podré rincar lo que me de la pluna porque total, da lo tosto rinca lo que rinca, nadie entiende nunca ni una sola sanplora.
¡Qué bueno!
Maruja Salgado
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Me alegra que te guste, Maruja. Es un ejercicio de estilo de hace muchos años y que me encontré un día de estos. Abrazo grande.
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Me alegra que te guste, Maruja. Es un ejercicio de estilo que hice hace bastantes años y que encontré recientemente. Un abrazo.
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Qué bueno, Pepa.
Muy bueno e interesante con tantos vocablos nuevos para mí, pero totalmente comprensibles dentro de su contexto.
Un auténtico placer.
Felicidades
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Gracias por tu valioso comentario. Abrazo.
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Maravilloso ejercicio de creatividad, Pepa. Enhorabuena!
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Me alegra mucho que te guste, Pepa. Gracias por tu valioso comentario. Un abrazo.
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Apenas él le amalaba el noema. Lo leí muchas veces, incluso en algún espectáculo de lecturas leídas en Barcelona. Una joya de Cortázar que inventa una lengua donde, aunque la escritura sea confusa, el significado resulte claro. Enhorabuena!!
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Cierto, Rubén. Uno de esos textos que se quedan para siempre. Me encanta pasear por los juegos literarios de Cortázar de vez en cuando para disfrutar de, como bien dices, sus joyas. Gracias por tu valioso comentario. Un abrazo.
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