La belleza de los gestos
 
 Me estoy haciendo pedazos
 ese dolor de no decir
 y me reescribo por dentro  en silencio
 en ese momento íntimo del tiempo.
 Pero hay ratos que se nos pone a prueba,
 que sacan de la gente lo mejor
 y lo peor,
 ratos tristemente inolvidables.
  
 Aunque no podamos resolverlo
 ni repararlo todo,
 somos humanos.
  
 Me recojo a solas   
 y me  descubro en la introspección
 porque lo imposible nos hace valientes,
 solidarios 
 en esta amenaza constante
 pero todo pasa 
 y el sabio lo sabe.
  
 Todo pasa,
 menos las flores sembradas
 en lo más profundo del corazón. 
  
 Cierto que,
 las palabras no bastan,
 no son suficientes para rozar el alma.
 De ahí,
 la belleza de los gestos.


  
 Irma Ariola Medina