RAÍZ

Creo en la razón de vivir aquí,
donde la brisa del mar
golpea las orillas de las playas,
y el viento baja desde la montaña
haciendo círculos en la cara.

Tal vez no seamos la piel exacta,
pero sí somos el devenir de una raza.

El resultado de aquellos hermanos desangrados por el yugo castellano.

Siempre quise morir luchando.
El único indicio que tenemos es
la mirada exhausta de todo.

Nacer, vivir y morir aquí es otra cosa.
El anhelo siempre que nos ronda
de ser alguien en este mar de dudas.
La idea cargada de inmensidad
en el vértigo audaz de un océano.
La memoria obtusa
de unos ojos impávidos,
tratando de ser alguien
en la noche de las cosas.

Eduardo García Benítez