Conversaciones a primera hora del día
-No sé lo que pasó. De pronto vi una luz y no recuerdo más nada… Me desperté en el hospital y quedé así…
-Logré cambiar el ticket! Me regresaron 8 euros porque compré 10 paradas de más… ¡al fin le gané una al sistema!
-Ahora camino más rápido, pero los primeros meses necesité dos muletas para poder moverme…y no me atrevía a salir de casa…
–Yo vivo en Teror, bueno ya sabe porque nos hemos visto allí. Pero siempre me equivoco con los tickets…
-Casi seis meses de rehabilitación hice…sí. Eso hice… y ya ve, camino “cambao”, pero con el bastón, me basto y me sobro para no pedir ayuda a nadie.
– Es que me cuesta entender los números y las horas de salida de las guaguas…pero vez hablé bien y logré que me regresaran algo de lo que he perdido. Son varios años viajando ¿sabe?
-En las guaguas me ceden el puesto cuando hay mucha gente…pero ya sabe, los más jóvenes no levantan los ojos del móvil… así que casi siempre es una persona mayor la que se levanta para que me siente…
– Ya llegó la guagua… a ver cuántos se colean hoy con la historia de que están enfermos…hasta luego…
-Ya viene la guagua…me paso a primero de la fila, porque tengo preferencia…ya sabe, por lo del bastón, la pierna y el brazo malito…
La grandeza de la cotidianidad. Gracias, Marlenis.
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Gracias a ti, por leerme
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