Charlando con un duende
A la memoria de Fatna, manantial inagotable del amor
-Venga ‚ cuéntame ‚ dime lo que habías soñado exactamente aquella noche, me dijo el duende que se presentó como uno de aquellos duendes bondadosos y benefactores ‚ destinados a combatir y erradicar la maldad que habita en el alma humana, hablándome en voz baja y maternal‚ teñida de un evidente matiz de cariño y de firmeza‚ junto al atardecer levemente oscuro y frío de un día de principios de primavera; él estaba sentado en el sofá , en el centro de la sala de estar, en una postura denotando majestuosidad y serenidad; y yo estaba oblicuamente arrodillado encima de la alfombra‚ cabizbajo y resignado, como un devoto hinduista, cumpliendo con los ritos de las primeras horas de la mañana.
-Bueno‚ soñé que era de noche; me vi bruscamente acompañado de un hombre alto‚ de cara redonda ‚ vestido de un traje negro; tendría más de cincuenta años de edad ; me di cuenta de que no estábamos solos‚ porque había también junto a mí otras dos personas que no logré identificar‚ debido evidentemente a la inmensa oscuridad que nos rodeaba. El hombre nos hizo entender que nos tocaba subir por los cielos; así que inmediatamente‚ y tras un breve rato de vacilación justificable ‚ fui subiendo por los cielos‚ boca arriba‚ implacablemente atrapado por la horrenda oscuridad y a medida que iba subiendo me sentía cada vez más horrorizado y solo‚ no sabía adónde ni cuándo aquello iba a parar.
Súbitamente me vi libre de aquella atmósfera opresora‚ ingresando en un mundo maravillosamente lindo‚ de una extraordinaria serenidad; un mundo cubierto de luces resplandecientes‚ poblado por gentes felices‚ sonrientes y en buen estado de salud; sentí que su felicidad no era fingida‚ sino auténtica‚ parejas que estaban a partir un piñón. Era un mundo parecido a los mundos hábil y admirablemente esbozados en los cuentos infantiles‚ en los que‚ de pequeño‚ yo solía encerrarme.
Me percaté de e sus pobladores formaban una comunidad viviendo en armonía ‚ paz y amor perfectos .“ ¿ Será esa la imagen del paraíso prometido ? ” pensé en aquel momento . Luego me fijé por un rato en los niños que estaban corriendo y riendo ‚ intensamente alegres y despreocupados por paisajes impresionantes e infinitos . Fui caminando apaciblemente ‚ con pasos lentos y firmes ‚ desprovistos de toda forma de cautela ‚ contemplando el infinito reino de hombres y mujeres cuya razón de ser era el amor y la libertad ‚ criaturas angelicales, con almas muy limpias.
-Sigue‚ me pidió amablemente el duende‚ fijando los ojos saltones y algo entornados en mi cara.
-Bueno ‚ sentí también que en aquel mundo no había sitio para la maldad ni para la muerte. Parece que estaban dotados de eternidad pero la verdad es que en aquel momento todo aquello me pareció sospechoso, presentí que todo lo que estaba viendo era realmente un sueño, que no era posible un mundo así . Confieso que nunca me sentí tan feliz pero al despertarme, estuve perplejo y angustiado por horas enteras y, sin saber por qué, me incliné a interpretar que lo que había soñado, aquella subida por los cielos e ingreso en otro mundo, como un presagio de la cercanía de la muerte .
-Oye, replicó el duende en voz levemente baja, fijando su mirada algo oblicua en el rincón izquierdo de la sala de estar, lo del ambiente nocturno, muy oscuro y opresor que marca notablemente el comienzo del sueño, deja entender que te estás enfrentando a unas circunstancias muy difíciles, a unos de esos momentos duros de tu vida pues nocturnidad y oscuridad son los pesares y trabas de la existencia. Veo también que la excesiva oscuridad traduce en cierto modo tu sentimiento dudoso y receloso ante la vida, ¿no es cierto? Tal vez, la nocturnidad y la oscuridad sean una encarnación de tu visión del mundo y de las cosas; quiero decir que eres una persona que lo ve todo negro. Y visiblemente, la segunda parte del sueño viene a romper, digamos, la atmósfera opresora del comienzo, tal como lo has subrayado tú . Supongo que esa es la otra cara de la cosa. Y para mí, el mundo maravilloso en que has ingresado soñando, revela obviamente tu aguda ansiedad y tu anhelo fuerte de un mundo mejor, un mundo perfecto , diría yo .
Ese paso, continuó, de un mundo a otro, implica la idea de búsqueda de un mundo alternativo que, al parecer, resulta inaccesible porque el mundo no está hecho para nuestras medidas, ya que pues desde tiempos inmemoriales todos los hombres no dejan de buscar un mundo mejor, en vano. Por ello, con frecuencia recurren a otras vías como la ensoñación, la imaginación o la locura. Otra cosa es que no entiendo por qué tiendes a interpretar tu sueño como un presagio de la cercanía de la muerte …
-La verdad es que desde hace mucho tiempo atrás, le respondí cabizbajo, intentando eludir el mirarle a la cara como si estuviera monologando o como si me aprestara a referir algún secreto temible, ando tremendamente obsesionado con la muerte, una obsesión que con el tiempo se ha ido haciendo cada vez más devastadora, impidiendo el derecho de vivir en paz y a llevar una vida normal como todo el mundo. Inevitablemente, vivo encerrado en mis obsesiones y ellas habitan en mí; ahí empieza y acaba mi historia. Y desde luego, las obsesiones mayores no vienen de la nada, nacen de vivencias y hechos singulares y, con frecuencia, resultan mortíferas. Supongo que mi obsesión por la muerte se remonta quizá a mi primera juventud pero no veo pista alguna para explicarla o comprenderla. Su semilla emergió probablemente a mediados de los años sesenta, a mediodía de un día de finales de invierno, cuando la muerte se llevó incomprensiblemente a mi hermana menor. En aquel entonces yo tenía cuatro años. Aún recuerdo que el día de su muerte me quedé solo y absorto al final de la calle donde vivíamos, acechando a mi padre que llevaba el menudo cadáver de mi hermanita entre sus brazos, cuidadosamente envuelto en una mantita de color amarillo, camino del cementerio donde fue enterrada. Desde entonces no volví a verla ni saber nada de su alma, como tampoco de los seres queridos que fueron desapareciendo sucesivamente uno detrás de otro, a medida que yo iba creciendo , seres que me colmaron de amor, del verdadero amor, que me hicieron realmente feliz en determinados momentos de mi vida. Eran ángeles disfrazados de personas humanas. Mientras tanto seguí viviendo, o más bien fingiendo vivir, vencido, derrotado y arrastrado por la implacable corriente de la vida y de las cosas, como arrastra el viento las hojas muertas de los árboles. Así nacieron y crecieron , independientemente de mí y de mi propia voluntad, mi oscura hostilidad y mi sentimiento dudoso por la vida.
Fui muriendo desde el momento impreciso en que empecé a perder mis gentes queridas, partes de mi alma y de mi ser; o sea, que mi propia muerte, mi muerte real tuvo origen en ese momento. Había visto de cerca a la muerte repetidas veces, y es posible que ella me haya dejado escapar alguna vez… No creo que la muerte sea una simple aniquilación física. Era muy pequeño cuando supe bruscamente que la gente se moría, así que me quedé extremadamente asombrado y desconcertado porque, debido a mi corta edad, no me era posible entender lo que era realmente la muerte y sus secuelas. Tampoco pude saber por qué ni adónde se llevó a mi hermanita. Y posiblemente, en aquel momento la imagen de la pérdida y de la muerte empezó a esbozarse en mi mente y, con el paso del tiempo, se fue convirtiendo en una obsesión mayor .
«Al cruzar el puente hacia la otra orilla, ¿reencontraré a mis seres queridos desaparecido? ¿ gozaré de nuevo de su linda compañía ? ¿recobraré mi inocencia perdida ? Me fueron definitiva e irrevocablemente cerradas las puertas del paraíso de mi infancia. Desde entonces, me vi inútilmente arrastrado por los senderos laberínticos del maldito mundo podrido y corrupto de los adultosˮ, pensé.
Por supuesto, no estoy totalmente seguro de lo que llevo dicho, tampoco pretendo estar diciendo la verdad porque no es nada fácil ni asequible referir o explicar de forma exacta la impresión y el sentimiento que de niño tenía de la muerte. Ahora, a mis cincuenta años, veo que la pérdida y la muerte son postulados que forman parte de todo un conjunto de reglas de juego inevitables e ineludibles, que tanto el mundo así como los hombres somos partes integrantes de un sistema rigurosa y maravillosamente establecido, un sistema tan complejo que supera los límites de nuestras facultades perceptivas.
Es cierto que la pérdida y la muerte revelan de forma muy clara el carácter ilusorio y desilusionante de la vida, pero al fin y al cabo no podemos hacer absolutamente nada porque las cosas son así. Imprevisiblemente, en cualquier momento, en el momento más inesperado, puede tener lugar algún suceso que lo altera todo; de modo que uno no debe fiarse mucho de la vida porque en cualquier momento ella puede tomar otro rumbo y trastocarlo todo.
Duende mío, haber nacido, saberse vivo y estar condenado a la muerte, ahí está la peor de las trampas , ¿verdad ? No se puede hacer nada , no hay ninguna posibilidad de salvación o de huida. Dime , ¿sabes cuánto me queda?
-Ni idea, replicó, eso ni siquiera la muerte lo sabe. Desde siempre, ella viene quitando la vida a seres humanos de distintas edades y en distintas condiciones y circunstancias. Nadie es capaz de comprender o explicar eso. Al nacer, uno se ve irrevocablemente comprometido en una especie de contrato con la pérdida y la muerte. Uno nace, después muere; he aquí uno de los postulados básicos de la existencia humana. Veo que la única verdad fiable y creíble es la muerte; el resto es puro espejismo, actos de distracción o cosas parecidas, pues se equivocó quien preconizaba la idea de la elección, la de libertad humana y la del hombre como proyecto existencial ¿ Qué proyecto se podría llevar a cabo frente a la precariedad del ser frente a los imprevistos, los accidentes y desventuras del tiempo ? Os equivocáis los humanos, prosiguió el duende , sentado al borde del anochecer que avanzaba y retrocedía por la ventana entreabierta de la sala de estar , con un tono vehemente, alzando paralelamente la voz y la mano derecha , como si estuviera peleando con un adversario, cuando os creéis dueños de vosotros mismos , de vuestro destino y del destino del mundo; en realidad no sois dueños de nada, en absoluto. ¿Qué habéis hecho a lo largo de miles de años? Lo único que habéis hecho convertir el mundo en un infierno temible, debido a vuestro excesivo egoísmo, a vuestra desmesurada e indomable arrogancia, a vuestra mortífera ignorancia -“el peor enemigo de los humanos no es el tiempo ni los extraterrestres , como se suele sostener en algunas obras de ciencia-ficción , es más bien la ignorancia ” , me dije- a vuestra irremediable inhumanidad, a vuestra flagrante falta de piedad , de compasión y de amor – «en un mundo carente de humanidad y de amor hay que esperarse a todoˮ, pensé – habéis hecho imposible y absurda la vida sobre la tierra, fabricando con sutil esmero armas de destrucción masiva, y artefactos que circulan con la velocidad de un rayo, destinados a exterminios y a genocidio y sembrando el miedo, el terror , el desasosiego, el odio y el rencor.
¿Ves para qué sirven la inteligencia, la creatividad y el poder de los humanos? ¿Fuisteis creados los humanos para perjudicar, corromper y destruir todas las formas de vida sobre la tierra y actuar en contra de la voluntad divina? ¿Para eso sirve vuestra presencia sobre la tierra? En tiempos de adelantos científicos y tecnológicos prodigiosos, del pleno apogeo de la civilización materialista, la ignorancia , la miseria , la injusticia y las desigualdades alcanzan sus máximos extremos . Al fin y al cabo, no sois más que hombrecitos desgraciados, errando por un mundo desgraciado sin ningún punto de referencia.
Dime, ¿adónde os han llevado vuestros cálculos, estadísticas, pronósticos y recetas racionalistas, tan simplistas y simplificadoras? Simplemente os han sumido en un callejón sin salida, en el caos , en el absurdo y la Nada. Me parece un error muy grave sostener la idea de la ausencia de sentido; hay sentido por supuesto pero habrá que buscarlo; vuestra desgracia y vuestra desolación dimanan de vuestra incapacidad de percibir lo otro; lo otro existe ; vuestra crónica miopía os impide ver las dimensiones latentes de las cosas y del mundo; no estáis solos en el universo ; estáis rodeados de otros mundos que , por desgracia , sois incapaces de visualizar, porque sois prisioneros de vosotros mismos y de vuestras restrictivas facultades sensitivas . “¿Será ello una condenación eterna?ˮ, me pregunté .
-Estás en lo cierto, duende mío, repliqué rodeado de la noche y del silencio que estaban apoderándose sigilosamente de la sala de estar. La verdad es que no tengo absolutamente nada que reprocharte; también yo con frecuencia me he preguntado qué podría hacer uno en esos malditos tiempos de decadencia total ; ni dejarse engañar; fíjate que no sirvo para esos malditos tiempos nuevos ; suelo pensar que me hicieron venir a este mundo quizá por casualidad o por error… ¿qué sé yo ?. En fin yo no hice nada ; no fui creado para vivir compitiendo y corriendo detrás de los cargos, del dinero, de los ilusorios placeres sensuales ni para matarme a trabajar. No recuerdo quién dijo que el trabajo es una idiotez de la cual es difícil escapar… No me agrada nada la vida que inexplicablemente me ha tocado llevar ; nunca tuve interés por nada ; simplemente fui arrastrado por la maldita corriente devastadora de la vida, de los hechos y las cosas. Necesito deshacerme por completo de mi memoria , de mi pasado , de lo que soy ; más que nunca necesito reinventarme ; aunque lo de reinventarse me parece una forma de decir , una tentativa algo ilusoria e inútil , ya que cualquier modo existencial que uno podría imaginarse ha de ser manchado de los accidentes del tiempo , de la pérdida, de la enfermedad y la muerte. Veo que es muy difícil que uno se obligue a vivir en esos tiempos de vacío, de malevolencia y de mediocridad. ¿Ves lo que quiero decir? Ya no me es posible seguir viviendo rodeado de gentes horriblemente movidas por las leyes de la selva, gentes que no han hecho otra cosa que ir despojando la vida de su verdadero sentido, de su sabor, de su encanto y de su atracción , convirtiéndola en una lucha despiadada, en una batalla absurda ; ya ves que al igual que el error , la absurdidad es humana por excelencia… En varios momentos de mi vida fui humillado y ofendido, y siempre me quedaba perplejo e indefenso como un niño pequeño. Pues vivir no es aplastar al otro; para vivir no necesitamos aniquilar al otro; el otro no es enemigo , ni infierno. El otro es un semejante y un complemento y, en vez de devorarlo, hay que darle la mano , y ayudarle a vivir ; así que querer cambiar de vida , y vivir de forma distinta es , en mi caso , y posiblemente en razón de mi edad, una apremiante necesidad existencial.
Me hubiera gustado quizá estar en otros tiempos , en otros lugares; he intentado reconciliarme con con mi entorno , con el curso normal de las cosas , pero en vano. ¿Qué sería de mí si me hubiera tocado vivir de forma distinta o de formas distintas a la vida que me ha tocado llevar ?, suelo decirme ; desde hace mucho tiempo atrás me siento tremendamente obsesionado por lo que no pudo ser, por las posibilidades de ser …
-Sí , me interrumpió el duende, lo de vivir de forma distinta me hace pensar en el otro; me refiero evidentemente a tu doble. Es realmente curioso y asombroso notar que él lleva una vida totalmente distinta a la tuya ; fíjate que lo estoy viendo en este momento ; vive en un sitio lejano , en una época separada de ese momento por miles de años ; habita en una cabaña , junto a su mujer y sus tres hijas , en medio de una pradera rodeada de colinas ; cerca pasa un río de aguas abundantes y cristalinas , gozando de lleno del calor familiar , “es horrible, me dije, llevar una vida carente de calor familiar ; la ausencia de calor familiar hace insensata e inútil la vida ˮ ; del vivir auténtico , del vivir paradisíaco, sano, no contaminado ni manchado de la serie de las cosas y hechos que hacen fea , desgraciada , y absurda la vida de los humanos que pueblan la tierra , incluido tú , desde luego ; allí en el mundo donde vive tu doble se desconoce por completo lo que es el odio, el rencor y la maldad – “ es muy difícil, pensé, comprender o explicar el mal que nos habita ; yo nunca entenderé de dónde le vienen a esa mujer tanta maldad y tanto rencor , ¿qué sería de mí , de mi vida , si fueras una persona bondadosa y piadosa , si tuvieras un corazón sano , lleno de amor y afecto , si no tuvieras un alma malvada? ¿ por qué me hiciste tanto daño ? sabiendo que yo no hice nunca nada ¿por qué te negaste a ayudarme a vivir, a hacerme feliz ? ¿ por qué no quisiste darme la mano ? ¿ por qué te obstinaste en dañarme, en derrumbarlo todo y convertir mi vida en un infierno ? ˮ – Uno vive rodeado de una comunidad cuya religión , única fe y razón de ser es el amor – “ Eso sí , de hecho, me dije, el amor es el mejor defensor contra el malestar, la desolación y contra todas las innumerables formas de fealdad e inautenticidad que nos rodean ”.
-Siento que hay cosas, me dijo, que no te atreves a decir pero bueno, me parece que eso ocurre a todo el mundo , pues contarlo todo, es para vosotros los humanos una manera de desnudaros y de prostituiros ; ello se debe desde luego a vuestro excesivo recelo ; debéis ver las cosas de forma más clara ; es que vuestro recelo no repele las desventuras del tiempo , ni os salva de la finitud ; ni el uno , ni el otro . “ Parece haberse insinuado en mi interioridad ˮ , me dije .
– Duende mío , me siento muy cansado y solo, he sufrido tanto … Todavía a mi edad no logro deshacerme del sentimiento de orfandad, un sentimiento que llevo arrastrando desde hace muchos años; más que nunca mi necesidad de calor familiar se hace cada vez más apremiante .
-No te preocupes, amigo mío ; te voy a inventar una familia y un mundo muy lindos ; te lo prometo ; ahora tengo que irme , voy por unos quehaceres, cuídate, me dijo para desaparecer. No volví a verlo .
Entré en mi dormitorio, dejé la puerta entreabierta , luego me arrojé en mi cama , encendí la lámpara , alargué la mano para coger Cuentos Completos de Onetti de encima de la mesita de noche. Empecé a releer El infierno tan temido. Era simplemente la historia de una de las innumerables formas más flagrantes de la maldad imperantes en ese mundo.
Pensé que los agravios y maldades que se producen sobre la tierra, a diario , día y noche, desde hace millones de años , en distintas situaciones y circunstancias, en todos los tiempos, trascienden enormemente los miles de historias narradas. ¡Cuán horrible y tremendo es lo latente! Debe de ser demasiado agobiador, demasiado inquietante y demasiado doloroso ser dotado del don de ubicuidad.
Marrakech , marzo 2020