Ancianos de nadie
Háblame de tus manos
que no conozco,
del marfil de tus dientes
cuando duelen,
de esa sonrisa
que esbozas
ligeramente,
de tus ojos
cuando lloran
sin lágrimas.
Háblame de ese poema
que acaricias
en tu pecho
y que está en ti.
Háblame de la vida
aquí sólo, frente al mundo
que oye las noticias
mientras yaces.
Del libro «La mujer que observa»
Isa Guerra
Un precioso poema. Enhorabuena, Isa Guerra.
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