TE RECOMENDAMOS…La vida que nos queda, de Ángela Ramos

La vida que nos queda, de Ángela Ramos

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Una reseña de Isa Guerra

El pasado 4 de mayo se presentó en la Feria del Libro de Las Palmas la novela “La vida que nos queda” de la periodista y profesora de Secundaria y Bachillerato Ángela Ramos.

Esta autora canaria, natural de Santa María de Guía, es licenciada en Filosofía y Ciencias de la Información por la Universidad de la Laguna.

Ha residido en París, Tenerife y Gran Canaria y como periodista ha trabajado en el Diario de Las Palmas o en La Gaceta de Tenerife. Ha colaborado con Radio Francia Internacional en París y realizado su propio programa de radio titulado Palabras al límite.

Obtuvo el Primer Premio de Poesía dedicado al Día Internacional de la Mujer Trabajadora en el 2009 organizado por el Ayuntamiento de Gáldar y ha participado en Encuentros Internacionales como ponente, como el de Povoa de Versín, en Portugal.

Actualmente tiene publicados los siguientes poemarios:

Faltó la primavera (2005)

Amores de asalto (2006)

A destiempo (2007)

Polvo somos (2008)

Pasión furtiva (2009)

Girando al sur (2009)

Y el cuento Bajo los castaños.

En el 2014 participa en la Antología Didáctica Escritores en Guía de Gran Canaria, publicación de la mano del Instituto Santa María de Guía, junto a otros catorce escritores, y también en el Cuaderno Didáctico, editado ese mismo año, con aplicaciones prácticas para el alumnado.

Después de este necesario preámbulo, haremos una breve reseña de la primera novela publicada de esta autora,“La vida que nos queda”, que fue finalista en el Premio Ciudad de Valladolid en el 2013 y editada en el 2018 por Ediciones Aguere – Idea.

La presentación en la Feria del Libro de Las Palmas la realizó la periodista Delia Jiménez.

Citaremos un párrafo de esta novela para identificar uno de los contextos en los que se desarrolla:

En una de esas, uno de los líderes levantó la mano para recriminarle a los que habían aprobado que no hablaran. Estaban marginados en la rive gouche del aula, y no se atrevían a intervenir por miedo. Por un momento sentí que el mundo estaba al revés. Los mediocres ocupaban el poder y los que tenían un mínimo de inteligencia tenían que bajar la cabeza y someterse…

Cuántas veces en la historia había pasado eso?Ver pág.127

Profesores, alumnos, clases, líderes negativos en la sombra, la asignatura de Historia de la Filosofía, directores, algún que otro inspector de Educación se entrecruzan en los pasillos de un Instituto de Educación Secundaria y Bachillerato.

La protagonista se replantea su vida y sus prioridades, a raíz de haber sufrido un proceso de mobbing.

Capítulos cortos, que dan agilidad a la novela.

Observamos que las separaciones entre éstos están marcadas por un asterisco.

La novela de 334 páginas constituye un Monólogo Interior, tal vez como aquella novela que leímos con avidez siendo estudiantes universitarios en la Laguna, nos recuerda a Crónicas de la nada hecha pedazos de Juan Cruz Ruíz.

Se estructura en torno a la vida personal y familiar de la protagonista, Irene, con sus reflexiones, sus interrogantes, su constatación de que hay algo por hacer, intercalándose con las historias en el Instituto y las clases, y al mismo tiempo las audiciones en la radio, y el proceso de envejecimiento de sus padres.

El encanto de la vida simple”, es una de éstas. Las decisiones que toma en la vida, las elecciones creativas que constituyen la base de su creatividad y el diálogo con el yo auténtico.

Descripciones a flor de piel como:

“…Mi padre está sentado a mi lado y observo una lágrima deslizarse sin control de su ojo izquierdo…”

O en el texto siguiente:

“…Los dos han envejecido en este tiempo. Durante mis veinte días en Londres mi padre se ha olvidado de caminar. En mi ausencia soñé una noche que moría y que no tenía la posibilidad de despedirme de él.

O bien, este fluir de la conciencia:

Cuando camino camino, cuando miro el mar miro el mar. Hoy por primera vez he sentido el movimiento interno del mar. He sentido cómo se alza allá en el fondo y luego desciende y se hunde… Hoy he llegado hasta aquí buscándome a mi misma y he encontrado el mar y su movimiento…”

Los textos de esta novela nos hacen sentir la fugacidad del tiempo, la vida, la muerte, el hoy, el ahora, la búsqueda del sí mismo o las pequeñas cosas, así nos dirá:

“…Mi padre no come y rechaza todo lo que le dan de comer. No sabemos si es su cuerpo el que ya no quiere seguir viviendo. No sabemos el grado de enfermedad de sus células. Un babuino llora en la tele porque ha muerto su hijo huyendo de un leopardo.

la madre se lo lleva y lo despioja como si así pudiera devolverle a la vida…”

Y más adelante

“…¿Sabrán lo que es la muerte?…”

O también podemos apreciarlo en este fragmento:

El pasado y el futuro no existen, el mañana sólo es real cuando es presente .Cuando estamos en el aquí y en el ahora debemos estar con toda nuestra atención…”

La vida que nos queda”, nos abre un proceso de descubrimiento personal, a través de la técnica literaria del Monólogo interior. La conciencia fluye, Irene reconduce su vida, cambia sus puntos de vista, reflexiona la vida misma.

Novela contemporánea que nos lleva a Comunicaciones en estado de Ensueño, a Comunicaciones en Sueños, a la búsqueda en Internet de términos desconocidos, a celebrar el día de hoy, porque “el día que despiertes, despiertas” en palabras de la protagonista, tal vez para Amar, como reitera en la últimas páginas del libro,

“…¿Qué más dar y recibir en esta vida?” o tal vez para “abandonarse como una planta al aire o al sol”.

Felicidades a Ángela Ramos por esta obra.

Isa Guerra

Santa María de Guía, 18 de Mayo de 2019

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