Nube pasajera
Aquella tarde en la playa, él me beso suavemente. Era tan hermoso que en, aquel instante, tuve la seguridad de que nunca lo olvidaría. Al alzar los ojos, vi en el cielo claro una sola nube, pequeña, ligera, que se dejaba llevar por el soplo de la brisa. Su color muy azulado era idéntico al tono de los ojos de mi amado.
Pasaron muchos años y hoy, aunque lo intente, no consigo recordar ni un solo rasgo del rostro de ese muchacho que tanto me hechizó a los 19 años. Solo recuerdo esa nube que viajaba dulcemente sobre nosotros.